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miércoles, 29 de marzo de 2023

SUPER SENSI WILMER G

 






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Si quieres saber mas acerca de Los cambios que han habilitado los desarrollos más recientes en tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) en prácticamente todos los ámbitos de las sociedades desarrolladas y que nos han llevado hacia la comúnmente denominada sociedad de la información y del conocimiento o sociedad informacional, parecerían justificar este creciente interés por la tecnología educativa. 




No obstante, para comprender mejor esta inusual y en algunos casos diríamos que hasta excesiva presencia del discurso alrededor de las TIC en el ámbito de la educación, deberíamos tener en cuenta que los centros educativos son por definición instituciones sociales en las que las personas reciben una formación de manera intencional, sistemática y reglada en coherencia con las demandas de un determinado modelo social, de manera que las escuelas y universidades no pueden ni deben quedarse al margen de la influencia que las tecnologías digitales han ejercido sobre el conjunto de relaciones socioculturales y laborales que tienen lugar en el seno de la sociedad actual.

Palabras clave: Instituciones, Tecnologías de la información, Sociedad del conocimiento.



¿Qué son nuevas tecnologías?

Antes de realizar cualquier valoración sobre las nuevas tecnologías y su aplicación educativa, parece necesario precisar inicialmente a qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de «nuevas tecnologías», habida cuenta de que puede resultar complicado tratar de expresar lo que se considera una novedad en términos absolutos. Aunque emplear el calificativo «nuevas» tal vez puede proporcionar al lector una idea aproximada del tipo de tecnologías a las que hacemos referencia (aquéllas cuyo desarrollo ha sido más reciente), esto supone enfrentarnos también a la necesidad de especificar qué avances tecnológicos o qué tecnologías pueden ser considerados lo suficientemente recientes como para verse incluidos en esta taxonomía.



La vertiginosa velocidad con la que se suceden hoy en día avances en el terreno de las TIC, especialmente en informática, telecomunicaciones y en todos aquellos dispositivos y materiales que posibilitan avances en la comunicación mediada por ordenadores (CMC), hace que recursos que hoy pueden resultar innovadores, se conviertan en tecnologías obsoletas en muy breve tiempo. Del mismo modo, y como expresábamos unas líneas más atrás, entendemos que la novedad en este contexto debería expresarse necesariamente en función de otras variables relevantes que la matizan, como la propia cultura a la que pertenecemos, las posibilidades de acceso que hemos tenido a los últimos desarrollos tecnológicos o la formación de la que disponemos para el uso de las TIC, además de otras valoraciones y criterios personales que pueden influir en esta definición.


Teniendo en cuenta estas consideraciones y situándonos de nuevo en el contexto de las sociedades desarrolladas, parece poder afirmarse que, cuando actualmente se hace referencia a las nuevas tecnologías educativas, ya no se tiene en especial consideración a medios como el vídeo o la televisión convencional, que hace unas décadas tuvieron un gran protagonismo en el campo de estudio de la tecnología educativa. Las nuevas tecnologías en la actualidad comprenden básicamente el estudio y aplicación de las tecnologías digitales y los sistemas de telecomunicación; es decir, ordenadores multimedia y periféricos como el escáner, las impresoras, cámaras digitales, etc., y las redes de ordenadores, cuyo máximo exponente es la red Internet. Estos medios no sólo han ampliado y mejorado exponencialmente nuestra capacidad para manejar, tratar y comunicar información y conocimiento por sí mismos, sino que además han asimilado prácticamente todos los demás recursos que ahora se integran en ellos.






El ordenador multimedia podría ser definido en la actualidad como un macromedio dentro del cual se integran todos los demás. La fotografía, la televisión, el teléfono, el vídeo, el diseño gráfico o la composición musical tradicionales, por citar algunos ejemplos, han pasado por el tamiz de las tecnologías digitales ampliando sus posibilidades educativas en su versión digital.

 https://criptoapps.solotech.app/2022/05/freefire-todo-rojoconfiguracion-para.html





Características diferenciales de las tecnologías de la información



Estamos convencidos de que las características diferenciales propias de cada recurso educativo del que disponemos en una situación particular (sea éste un libro de texto convencional, un DVD o una página web educativa) pueden ser aprovechadas convenientemente en beneficio de nuestros alumnos dentro de las aulas siempre que se empleen con un criterio pedagógico adecuado. Sin embargo, situándonos al margen de otras particularidades características puntuales de estos medios digitales que constituyen las nuevas tecnologías, lo que a nuestro criterio les proporciona una mayor capacidad de acción respecto de otras tecnologías que las precedieron y les confiere un gran potencial educativo y transformador es que, al margen de su aplicación instrumental, las TIC, como afirma Castells (1997, p.58), no son sólo herramientas que aplicar sino también procesos que desarrollar, de manera que mediante estos medios los usuarios y los creadores de información pueden convertirse ahora en las mismas personas, tomando así en cierto modo el control de la tecnología, como podemos observar que está sucediendo con frecuencia en el caso de la red Internet.





Así, la característica diferencial propia de las TIC que manejamos en la actualidad que las distingue especialmente en cuanto a nuestras posibilidades de acción respecto de otros medios y recursos didácticos tradicionales, haciendo más necesario si cabe su estudio y aplicación práctica dentro de la escuela, es su capacidad para ampliar exponencialmente su alcance y potenciar su dimensión socioeducativa al ser apropiadas y redefinidas activamente por profesores y alumnos. 




Ésta es la virtud más destacable de los medios digitales en su conjunto: brindar a los usuarios la oportunidad de crear, modificar, distribuir, compartir y reinterpretar activamente la información y el conocimiento de un modo que no presenta las limitaciones de los medios analógicos tradicionales. A nuestro criterio, este potencial mediático correctamente canalizado en las aulas puede realizar interesantes aportaciones al proceso didáctico tradicional y trasciende por completo el valor instrumental de la tecnología educativa.

 

Cinco rasgos característicos del paradigma de la tecnología de la información

Nos gustaría reflejar aquí los cinco rasgos característicos expresados por Castells (1997, pp. 88-89) de lo que ya ha sido definido por los expertos como el paradigma de la tecnología de la información, porque entendemos que su lectura puede contribuir sin duda a una comprensión adecuada de la incidencia y repercusión que las TIC han tenido en las últimas décadas en el conjunto de la sociedad actual y, consecuentemente, también hacernos reflexionar sobre el modo en el que las escuelas pueden contribuir a asimilar estos cambios con un mayor conocimiento de causa:





La primera característica del nuevo paradigma es que la información es su materia prima: son tecnologías para actuar sobre la información, no sólo información para actuar sobre la tecnología, como era el caso en las revoluciones tecnológicas previas.

El segundo rasgo hace referencia a la capacidad de penetración de los efectos de las nuevas tecnologías. Puesto que la información es una parte integral de toda actividad humana, todos los procesos de nuestra existencia individual y colectiva están directamente moldeados (aunque sin duda no determinados) por el nuevo medio tecnológico.





La tercera característica alude a la lógica de interconexión de todo sistema o conjunto de relaciones que utilizan estas nuevas tecnologías de la información. La morfología de red parece estar bien adaptada para una complejidad de interacción creciente y para pautas de desarrollo impredecibles que surgen del poder creativo de esa interacción. Esta configuración topológica, la red, ahora puede materializarse en todo tipo de procesos y organizaciones mediante tecnologías de la información de reciente disposición. Sin ellas, sería demasiado engorroso poner en práctica la lógica de interconexión. No obstante, ésta es necesaria para estructurar lo no estructurado mientras se preserva su flexibilidad, ya que lo no estructurado es la fuerza impulsora de la innovación en la actividad humana.





En cuarto lugar y relacionado con la interacción, aunque es un rasgo claramente diferente, el paradigma de la información se basa sobre la flexibilidad. No sólo los procesos son reversibles, sino que pueden modificarse las organizaciones y las instituciones e incluso alterarse de forma fundamental mediante la reordenación de sus componentes.






 Lo que es distintivo de la configuración del nuevo paradigma tecnológico es su capacidad para reconfigurarse, un rasgo decisivo en una sociedad caracterizada por el cambio constante y la fluidez organizativa. Cambiar de arriba abajo las reglas sin destruir la organización se ha convertido en una posibilidad debido a que la base material de la organización puede reprogramarse y reequiparse. Sin embargo, debemos evitar un juicio de valor unido a este rasgo tecnológico. Porque la flexibilidad puede ser una fuerza liberadora, pero también una tendencia represiva si quienes reescriben las leyes son siempre los mismos poderes.




LA IMPORTANCIA DE LOS VIDEOJUEGOS EN LA SOCIEDAD

Hace tiempo que la industria de los videojuegos perdió la inocencia. Hoy es un sector maduro y admirado por su músculo tecnológico, su capacidad innovadora y su visión empresarial privilegiada. Los números no engañan: cerrará 2019 con unos ingresos globales de más de 150.000 millones de dólares y un crecimiento interanual del 9,6%, según la compañía de inteligencia de mercado Newzoo.




Con estas cifras es normal que los videojuegos dominen el ocio audiovisual, muy por delante de la música y el cine. Ni siquiera Hollywood ha podido con un rival que cuenta con 2.500 millones de jugadores en el mundo y, en concreto, éxitos como Fortnite con 139 millones de usuarios activos. La fiebre por este videojuego traspasa fronteras y ya inquieta a un gigante como Netflix más que Disney y HBO, sus competidores directos en la batalla por liderar los contenidos audiovisuales en streaming.





Los problemas a enfrentar

Uno de los problemas de fondo que dificultan la adecuada incorporación de las TIC a la escuela lo constituye sin duda el hecho de que la tecnología está corriendo mucho más rápido que la reflexión en torno a las consecuencias sociales, económicas, políticas, etc. de sus múltiples aplicaciones, y que habitualmente este análisis se realiza a posteriori. Aunque entendemos que en la actualidad es especialmente difícil conseguir que la escuela supere la tradicional distancia que separa la realidad de dentro y fuera de ésta, también consideramos más necesario que nunca realizar un esfuerzo para responder a las necesidades formativas de la sociedad de la información, integrando en sus espacios las TIC y las formas de comunicación que le son características, compartiendo sus símbolos y su código, adaptándose al tipo de cualidades y organización del mercado laboral que demanda la sociedad del conocimiento y también –quizás especialmente– reconociendo y reaccionando críticamente ante sus excesos.





Como ya ha sido reflejado con claridad por Tiffin y Rajasingham (1997), las escuelas, tal y como las conocemos hoy en día, están diseñadas básicamente para preparar a las personas para vivir en una sociedad industrial. Los sistemas educativos preparan a las personas para ocupar un lugar en la sociedad emulando las fábricas y oficinas de una sociedad industrial, y el modo en el que se estructura el tiempo en los horarios escolares, la división de las asignaturas para su estudio y la manera en la que se organizan las escuelas como burocracias, son anticipaciones del período laboral adulto. 




Esta organización tradicional de las escuelas es coherente con la organización de una sociedad industrial con una fuerte dependencia del movimiento físico de las personas y las mercancías. Sin embargo, la infraestructura tecnológica fundamental sobre la que se sustenta la sociedad informacional es la red de telecomunicaciones y, si queremos preparar adecuadamente a las personas para vivir en una sociedad de la información, también parece necesario conseguir un sistema educativo que tenga en cuenta el papel que están jugando, y el que en el futuro desempeñarán, en todos los sentidos, las telecomunicaciones en dicha sociedad. Entendemos que no sería deseable esperar (como por desgracia ya está ocurriendo) que los alumnos tengan que reconocer por su cuenta las virtudes y defectos de estas tecnologías fuera del contexto escolar.





La incorporación de las TIC a escuelas parece haber propiciado un discurso orientado hacia el cambio fundamentalmente desde dos perspectivas: en una se las contemplaría como catalizadoras de procesos de innovación y en la otra como un elemento más a añadir a las ya de por sí numerosas funciones y acciones a desarrollar en este ámbito. 




En este sentido, Pérez Pérez (1998, p.113) se refiere también a dos grandes visiones o enfoques de las TIC en relación a los sistemas educativos: por una parte se refiere a una visión restringida y unilateral, más centrada en el proceso tecnológico como referente deseable para el proceso educativo, beneficiado en este caso por el uso de los medios de comunicación, y una visión más completa, abierta y plural, en la que el referente tecnológico o los medios de esta naturaleza no son más que otro elemento a tener en cuenta en la consideración del proceso educativo. Situándonos más bien dentro de este último enfoque, lo que nosotros entendemos que resultaría interesante llegar a definir es el modo de articular una formación que integre los medios tradicionales con los más recientes, que aproveche las posibilidades educativas de todos los recursos que estén a nuestro alcance, y que permita diseñar procesos de enseñanza y aprendizaje que favorezcan un desarrollo óptimo de la sociedad en su conjunto, con una visión amplia que debería caracterizar precisamente, a nuestro entender, el sentido global de la educación.






Mena y Marcos (1994) también parecen comprender que en la actualidad estamos asistiendo a un divorcio entre los sistemas educativos y las realidades socioculturales, debido en parte a que la tecnologización de la sociedad se centra más en productos (en el hardware) que en los procesos, generalizándose de este modo una tecnología externa, vacía, con poca afectación de los procesos socioculturales, más allá de simples procesos instructivos. 



Esta situación se reflejaría en un discurso pedagógico que no habría superado todavía una postura analítica, en la que apenas se hace referencia a aspectos relevantes en relación con lo que supone la incorporación de nuevos valores socioculturales y a la evaluación de los impactos de la tecnología en la sociedad.





También se pronuncia en este sentido Pérez Pérez (1998, p. 114) cuando afirma que no se ha sobrepasado el umbral de la tecnología como instrumento o medio, lo que ha llevado a considerar aspectos pedagógicos o didácticos relacionados con procesos de reelaboración curricular excesivamente restringidos y muy apegados a cuestiones excesivamente practicistas o centradas en la actividad, como la elaboración de materiales, aplicaciones del software, utilización de medios, etc., pero de escasa repercusión en otros aspectos más profundos de la cultura y vida social: aquellos que afectan a los valores, a los modos de comprender, a los lenguajes tanto en su estructura como en su forma, impactos antropológico-etnográficos de las tecnologías, etc.







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